El seguro de crédito es un producto complejo pero que posee unas características muy marcadas en cuanto a los fines que satisface. Entre estos, no hay lugar a dudas de que la indemnización, a causa de las carencias patrimoniales sufridas por impagos de clientes, es el más significativo. Pero, pese a que este es el principal beneficio facilitado con la contratación de esta modalidad aseguradora, existen otra serie de objetivos tan interesantes como el anterior que no podemos obviar, y que avanzamos a resumir a continuación:
- Más posibilidades para lograr descuento bancario: este seguro hará más sencilla la consecución de descuentos provenientes de entidades bancarias, ya que la empresa asegurada mostrará una mayor fortaleza financiera, apostando por una economía saneada y equilibrada gracias a la cobertura que les garantiza este seguro.
- Rescate de impagos: la entidad aseguradora se encargará de los gastos de gestión producidos en estas complicadas situaciones, adelantando estas cuantías al beneficiario. Si finalmente el cliente endeudado no se responsabiliza de estos costos, la aseguradora lo hará en la proporción acordada en póliza.
- Provisión de riesgos: la compañía aseguradora se compromete a realizar un exhaustivo seguimiento y control de la trayectoria financiera y económica de los clientes elegidos por el tomador. Esto supondrá una fuente de información inestimable para el proveedor, que conocerá de primera mano a quién está vendiendo sus productos o servicios. Esta es una de las principales diferencias con los seguros de caución, en los que no se produce este continuado rastreo, al aplicarse generalmente para contratos puntuales.
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