Quieras o no, en alguna ocasión de tu vida vas a necesitar hacer obra en casa, ya sea para ampliar la cocina, cambiar los baños o darle una renovación total al aspecto de tu hogar, comprando muebles nuevos, cambiando el suelo, etc.
Como os podéis imaginar, al final el presupuesto inicial se dispara. Es lógico que ésto pase, pues ya que vas a meterte en reformas, mejor hacerlas de un solo golpe que en varios. Así no tendrás que estar preocupándote de si podrás pasar la noche o no en tu casa, ni tener que estar pidiéndole favores ni a familiares. Por eso es normal que, cuando se quiere reformar el hogar, el dinero total gastado represente un gasto considerable.
Muchos no tenemos el dinero suficiente ahorrado como para hacer frente a este gasto, y por eso acudimos a bancos y cajas para financiar nuestra obra del hogar.
Esa misma necesidad la conocen los bancos, los cuales tienen préstamos y créditos especiales para esas ocasiones, a los que denomina «Préstamos Reforma». Estos préstamos reforma no suelen diferenciarse mucho de los préstamos convencionales, pero podemos encontrarnos dos casos:
Tabla de contenidos
Tipos de créditos reforma
Préstamo reforma con garantía hipotecaria
Como su propio nombre indica, en este crédito se pone la casa como garantía ante posibles impagos de las cuotas.
Generalmente, el interés que se aplica a este tipo de créditos es muy parecido a una hipoteca normal, es decir, que no tiene un porcentaje de interés fijo a lo largo del préstamo como pueda pasar con los préstamos personales.
Existen entidades financieras que pueden otorgarte hasta el 100% de la tasación del piso, pero sin duda alguna, parece un poco arriesgado gastarse tanto dinero en reconstruir una vivienda.
Crédito reforma «normal»
En este caso, no es necesario la garantía de tu casa ante el impago de cuotas. Lo malo de este crédito es que suele tener un tipo de interés fijo mucho más alto que los intereses que ofrece el crédito con garantía hipotecaria, pero en algunos casos no hay más remedio que aceptar estas condiciones.
En estos casos, el importe máximo del crédito ronda los 60000 euros a pagar en un máximo de diez años.
Como siempre, en este tipo de préstamos, necesitarán de alguna garantía de que eres una persona solvente, como pueda ser el presentar tu nómina o, si fuese necesario, algún aval para que respalde tu préstamo.
¿Y qué pasa si no me dan el crédito?
Es posible que por diversas circunstancias, el banco o caja no te otorgue el dinero que necesitas para reformar tu vivienda. En este caso, todavía existen opciones a tu alcance que, si bien no son las más ventajosas, podrían financiar la obra de tu vivienda.
Por ejemplo, puedes acudir a los créditos rápidos o créditos exprés. La ventaja es que la respuesta y el ingreso del dinero es en un período muy corto de tiempo (en apenas dos días), así que si el dinero te es urgente, ésta sería una buena opción. La desventaja mayor es que estos créditos exprés están muy limitados en cuanto a cantidad, por lo que podrán financiarte al completo sólo si no piensas hacer una obra muy grande en tu casa, y además los intereses son más altos.
Otra opción son las tarjetas de crédito, las cuales tienen la ventaja de que la disponibilidad del dinero es inmediata en caso de que ya poséas una. Lo malo que tiene este tipo de financiación es que si el pago lo tienes que hacer en mano, vas a tener que ir muchas veces al cajero para poder disponer del efectivo necesario. En cada viaje, la entidad emisora va a cobrarte una comisión que, si bien no es demasiado grande, al terminar de sacar el dinero vas a ver que la suma de comisiones es considerable. Además, las tarjetas de crédito también tienen un interés muy alto, por lo que lo más óptimo es que dejes esta solución como último recurso, a no ser que estés muy agobiado y la reforma sea urgente.
Añadir comentario