Este tipo de productos ha visto favorecido su desarrollo en los últimos años a causa de la incertidumbre que provoca en los más mayores la situación y reformas que se han acumulado asiduamente.
Los planes de pensiones son productos de ahorro-inversión que definen los derechos de los beneficiarios para recibir capitales o rentas por jubilación, supervivencia, viudedad o invalidez; así como la imposición de contribuir a los mismos. Se formalizan voluntariamente y las prestaciones no son sustitutivas de las pensiones de la Seguridad Social, sino acumulativas. Los Fondos de Pensiones son cuantías acumuladas para garantizar precisamente el cumplimiento y satisfacción de los Planes de Pensiones.
Tipología de los planes de pensiones
- Según el promotor: podemos encontrar planes de empleo, potenciados por las propias empresas o sociedades para sus trabajadores; planes asociados, en los que el protagonista es una asociación o un sindicato, que los promueven entre sus asociados o afiliados respectivamente; y planes individuales, donde el promotor es una entidad financiera y el cliente puede ser cualquier sujeto o persona física.
- Según la inversión: existen planes de renta fija, que no permiten la inversión en renta variable; planes de renta fija mixta, que pueden variar la inversión permitida en variable entre valores del 15 y el 30%; y planes de renta variable, donde el mínimo de los activos variables que forman la cartera de inversión es del 75%.
Las cuantías que se aportan a los planes suelen fluctuar entre un límite mínimo, que supondría más costes que rentabilidad; y uno máximo que dependerá de las condiciones particulares de cada cliente.
Cuando se produzca la situación estipulada en el contrato para el cobro de la prestación, el usuario habrá de decidir si requiere del pago pleno de esta en una sola entrega; o si, por el contrario, prefiere el pago a través de una renta vitalicia a modo de complemento económico a su ayuda social pública.
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