A continuación vamos a analizar tres de los principales asuntos que más preocupan a los clientes de los productos bancarios de ahorro más básicos:
Las comisiones y gastos
Los clientes deben hacerse cargo de todas las comisiones y gastos que estén estipulados en el contrato pactado con la entidad bancaria o crediticia. Pese a esto, no se pueden establecer estas cuantías por encima de unos límites prefijados, ni crear una serie de comisiones no reguladas. En general, van a depender de la normativa bancaria vigente en el sector, así como de leyes especiales (por ejemplo, en el caso del descubierto bancario).
En el caso de las comisiones, además de aparecer reflejadas en el contrato, también deben desglosarse en el folleto de tarifas del que dispondrá el cliente, así como en la página web de la firma.
Cancelaciones
Los usuarios de estos productos pueden cancelar sus cuentas cuando lo deseen. En caso de existir un periodo de preaviso marcado en el contrato, se deberá respetar a la hora de proceder a la suspensión de la cuenta; aunque esto no es habitual en el caso de los servicios mencionados.
En cuanto al dinero depositado en la cuenta en el momento de la anulación, es posible que existan unas cláusulas que no permitan la total retirada en efectivo de este. En tal caso, se facilitarán otros medios como cheques o transferencias.
Errores en las operaciones
Si la entidad cometiese cualquier tipo de error para con su cuenta, ya sea referido a ingresos o retiradas de fondos, deberá informar al titular de esta inmediatamente después de corregir el desacierto. El cliente nunca puede verse agraviado por un fallo cometido por la entidad, en caso de producirse situaciones como la del descubierto bancario.
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