Vamos a hacer un repaso por la historia del seguro de crédito. Si realmente están interesados en aprender todo sobre los seguros de crédito, les aconsejo que lo lean.
Como es sabido, las operaciones comerciales llevan asociadas a su razón de ser el concepto de riesgo, lo cual se da desde que estas comienzan a florecer ya en la Antigüedad. Y es que el riesgo siempre existe y existirá mientras convivan dos partes contratantes, entre las que una figure como acreedora y la otra como deudora. Cuando un particular o una organización vende un producto o servicio a crédito, lo hace teniendo en cuenta que existe una posibilidad de no llegar nunca a cobrar la cuantía pactada, ya que el deudor podrá incurrir en diferentes contextos como la quiebra o la suspensión de pagos.
Desde el siglo XIX, a causa de varias bancarrotas de entidades alemanas, británicas y francesas, se produce el nacimiento de la noción de seguro de crédito. Este aparece bajo la denominación de Sistemas de Garantía Estatal, los cuales fueron diseñados ante la paupérrima situación que vivía el comercio fundamentalmente internacional tras la Primera Guerra Mundial.
En España, la fundación de la compañía Crédito y Caución (CYC) en 1929 supuso la irrupción de esta modalidad de seguro. Esta firma se encargó de la cobertura de riesgos comerciales, por insolvencia o impago del deudor; y de los políticos, a consecuencia de abstención de pago por parte de un comprador público, causada por motivos bélicos que conllevan la paralización de fondos del país importador.
En 1970, tras la reforma de las leyes relativas al seguro, se crea una nueva sociedad (Compañía Española de Seguro de Crédito a la Exportación) capaz de afrontar también los riesgos extraordinarios derivados de catástrofes naturales o promovidos por la acción humana (como actos terroristas).
Finalmente cabe recalcar que, desde 1984, se consiente a las aseguradoras privadas operar en el ámbito del crédito a la exportación.
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