A lo largo de esta semana, vamos a profundizar en el espinoso mundo de la inversión, estructuran de manera sencilla y clara, los 3 pasos fundamentales a la hora de invertir. Comenzamos con el primer paso:
I) Reflexión previa a la decisión
Antes de lanzarse a la toma precipitada de decisiones, es fundamental que nos estudiemos a nosotros mismos. Sería un error comenzar con estudios de mercados cuando ni tan siquiera tuviéramos claro cómo nos sentimos dentro de la figura del inversor, clasificando nuestras preferencias y nuestros propósitos.
También es necesario que sepamos exactamente cuál es nuestro punto de partida, dejando la meta como un asunto secundario en estos primeros escalones. Para ello, conocer a fondo nuestra situación financiera, además de tenerla saneada, se convierte en un factor fundamental.
Tras discernir esto, si deberemos considerar cuáles serán nuestros objetivos, ya que no solo tiene por qué ser uno. Podemos perseguir diferentes metas que variarán en función del plazo en el que deseemos alcanzarlas, distinguiendo así entre diferentes tipos de productos de inversión con características distintas entre sí. De este modo, priorizaremos en relación a nuestras expectativas e intenciones.
Otros dos factores imprescindibles a valorar son el tiempo y el riesgo que estamos dispuestos a afrontar. ¿Cuánto tiempo podemos permitirnos prescindir de cierta cuantía de dinero? ¿Cuánto de arriesgado será el producto que contrataremos para alcanzar la rentabilidad objetivo?
Y, por último, si cuando se enfrenta a toda esta lista de decisiones, se siente incapaz de pensar con claridad, es aconsejable valorar la posibilidad de contar con un especialista inversor que le introduzca y aconseje las mejores alternativas durante sus primeros pasos.
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