Actualmente es habitual, por desgracia, escuchar la sentencia de «Así no llegamos a fin de mes …»
Puede parecer que esta frase solo se reserva a las familias con los problemas económicos más graves, con desempleo entre sus miembros y deudas a pagar. Pero nos equivocamos. Y es que cualquier hogar puede tener problemas para llegar a fin de mes, como se expresa coloquialmente un problema mucho más complejo, fundamentado en la falta de previsión y organización financiera de la mayoría de las familias e individuos. Cada persona tiene una serie de objetivos o metas en el medio y largo plazo, como la adquisición de un automóvil, el pago de unas tasas universitarias, el alquiler de tu vivienda, etc., por lo que se hace imprescindible llevar una contabilidad adecuada de las finanzas personales, dejando espacio en estas para los posibles gastos que hemos mencionado.
De esta forma, hasta los que reciben unos ingresos considerados mensualmente pueden estar en la compleja situación de la que hablamos en caso de que no lleven un control exhaustivo de sus gastos. Es habitual que cada día surjan compras innecesarias que, con una previsión adecuada, podrían haberse evitado, con el ahorro que eso supone para tu economía.
La herramienta primordial para solventar estos contratiempos es el presupuesto. Este término puede sonar aburrido o incluso aterrorizar a los que nunca han sido de números. Nada más lejos de la realidad. El presupuesto personal es algo sencillo y confeccionado por uno mismo, por lo que es imposible no entenderlo. Al principio puede resultar tedioso, pero con el paso del tiempo, mientras compruebas el ahorro que te está suponiendo, se convierte en un hobby agradable y llevadero. Además de permitirte conocer por dónde se te escapa el dinero, priorizar gastos o prever posibilidades de futuro, te supondrá una excusa para comunicarte con tu pareja y evitar discusiones a causa de gastos desconocidos.
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