Nuestra boda probablemente sea el evento más importante que podamos vivir, donde toda nuestra familia y nuestros amigos presenciarán cómo nos unimos sentimentalmente con otra persona.
Pero aunque este momento es sumamente bello, también trae consigo gastos para el novio y para su familia, como el banquete, las alianzas, el sitio donde se realizará y la decoración.
Por eso, lo primero que debemos hacer cuando decidamos planear nuestra boda es hacer un presupuesto de cuánto nos va a salir toda la celebración.
Financiación para el día más importante de nuestras vidas
Por suerte, existen créditos que nos pueden ayudar a financiar nuestra boda para que no sea un golpe tan significativo para nuestra economía. Podríamos adoptar un sistema de ahorro y de pago calculando cuánto podemos gastar por mes para pagar poco a poco. Es de suma importancia elaborar un calendario de distribución a los distintos pagos que vayamos haciendo, así podremos saber exactamente cuándo necesitaremos una cantidad de dinero en efectivo para finalmente, ajustarlo.
Una opción para poder financiar nuestra boda y no tener que establecer un sistema de ahorro que puede tardar mucho es pedir un crédito. El mismo podría ser usado como respaldo debido a los grandes gastos que surgen en el planeamiento de este tipo de eventos.
Pero si pedimos un crédito en donde se nos otorgue más dinero del que vayamos a necesitar estaremos adquiriendo una deuda innecesaria, por lo que se recomienda nuevamente, tener establecido un presupuesto previo al pedido para no “pasarnos de la raya” en cuanto al pedido de dinero.
Una vez que nos decidimos a solicitar un préstamo o crédito tenemos que tener en cuenta ciertos aspectos que resultan de mucha importancia. Como por ejemplo, que cada entidad bancaria ofrece un tipo de préstamos para bodas distinto y por ende, sus intereses varían dependiendo de que la relación que tengamos con nuestra entidad de confianza. Luego consultar las condiciones de algún otro banco para comparar lo que cada uno nos ofrece y cuál se adapta mejor a nuestras necesidades. Es muy probable que nos den un trato mejor en el banco donde tengamos domiciliada nuestra nómina o donde tengamos la hipoteca.
Un aspecto considerable es valorar si podemos utilizar la visa como posibilidad de pago en vez de pedir un préstamo, ya que los intereses son menores y las formas de pago son mucho más flexibles. La desventaja de las visas es que el monto que podemos pedir a través de estas es mucho menor a las que podríamos conseguir pidiendo un crédito para financiar nuestra boda.
Así que, antes de tomar una decisión final, revisemos cuánto dinero en efectivo vamos a pedir y que tiempo podemos pagarlo, ya que las instituciones son muy rigurosas y estrictas en cuánto al tiempo y la forma.
Llegado este punto, lo ideal sería hacer un nuevo plan de ahorro pasada la boda pero para poder recuperar el dinero empleado y devolverlo a la entidad en el tiempo establecido. Podríamos consultar también, si existe la posibilidad de devolverlo todo de golpe sin que haya penalizaciones.
Las entidades bancarias viven de los intereses por lo que muchas se niegan al pago total inmediato, pero otras sí están de acuerdo y eso podría hacer que los intereses que tengamos que pagar en un futuro próximo sean menores.
necesito dinero para mi casamiento $100.000