Existen multitud de tipos de créditos y préstamos, entre ellos destacan dos claramente diferenciados. Uno sería los préstamos hipotecarios que sirven como ya hemos explicado en anteriores artículos para la financiación de un bien inmueble, mientras que los denominados créditos para el consumo o préstamos personales son aquellos que sirven para adquirir productos de primera necesidad para el consumidor.
Podemos decir que los créditos personales se utilizan para adquirir productos tales como la compra de un coche o una moto, para financiar algún viaje, una reforma en casa o pagar una ceremonia o conmemoración importante, aunque últimamente se destinan también para realizar operaciones de cirugía estética. Son créditos al consumo que se abonan en periodos de tiempo más cortos y a unos tipos de interés más altos.
Forma de pago
La forma de pago o devolución de estos préstamos personales puede elegirla el cliente, entre un tipo de interés fijo a un plazo determinado o bien un tipo de interés variable a un periodo de tiempo estipulado, todo dependerá del acuerdo entre la entidad y el cliente.
No es criticable ni valorable por la entidad la finalidad del dinero prestado, sino la capacidad de reembolso del cliente, por este motivo cualquier persona económicamente solvente podrá solicitar un crédito personal sin requerirse explicación alguna sobre su fin, aunque la entidad no lo pregunte somos libres de dar explicaciones.
Préstamos rápidos y créditos exprés
Están dentro de estos créditos personales los llamados préstamos rápidos o exprés, son algo caros en condiciones pero nos solventan apuros en un momento dado. Este producto es viable cuando necesitamos una cantidad pequeña de dinero, por ejemplo 3.000 € o 6.000 € , cantidad que nos prestan por mediación de una tarjeta de crédito con la asociación a una cuenta corriente, dispones del dinero en poco tiempo y nos marcan un periodo no muy grande para su devolución.
Diferencias entre estos préstamos
Si comparamos los créditos personales con los expréss existen diferencias en el tiempo de concesión, el importe concedido y los gastos de constitución y comisiones, si bien también se le aplican tipos de interés distintos.
Por un lado el crédito personal cuenta con más gastos de constitución y más tiempo e importe para su devolución a unos tipos de interés algo más asequibles que los préstamos exprés, que por otro lado son concedidos para cantidades más pequeñas, en periodos de tiempos más cortos para devolverlos, con menos gastos de constitución y quizás unos tipos de interés algo más altos, aunque existen otros que tienen tipos aplicables de interés del 0%, pero sus ganancias radican en las vinculaciones existente entre el banco o entidad financiera y el cliente.
Cuando decidas contratar un préstamo personal, exprés o cualquier variante existente de préstamo al consumo, te aconsejamos desde mujer style que firmes las menores vinculaciones posibles con la entidad financiera, que no domicilies tus recibos, ni la nomina, además de comprobar que no eres objeto del famoso redondeo que incrementa la cuota y no es una operativa legitima por la entidad, debes negociar tus créditos y préstamos de la mejor manera posible y desde esta web queremos ofrecerte estos consejos.
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