Tener pleno conocimiento de la diferencia entre el concepto de Ahorro y el concepto de Inversión se ha convertido en una cuestión imprescindible en la actualidad, principalmente a consecuencia de la controversia generada por productos bancarios que, fundamentándose en cierta ambigüedad conceptual, han provocado cientos de situaciones desagradables para sus titulares. Por tanto, vamos a analizar brevemente ambos términos, con el objetivo de conocer mejor su significado práctico:
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Ahorrar
Se define de manera simple como esa porción de nuestros ingresos que no vamos a destinar al consumo de bienes o servicios. Viene determinado por una amplia lista de determinantes, entre los que destacan: el nivel de renta, la certeza sobre la existencia de ingresos futuros, las previsiones en cuanto a la variación de los precios, los tipos de interés esperados, o el salario a percibir.
El ahorro supone una visión más inmediata de nuestra economía, y es el concepto más afín para las familias que apuestan por la precaución o la austeridad. No supone grandes beneficios pero, a cambio, ofrece una inestimable tranquilidad.
Invertir
Opuestamente a la opción anterior, invertir supone renunciar a ciertos recursos en la actualidad, con la esperanza de recuperarlos en un momento puntual futuro, logrando además unos considerables intereses añadidos. Se fundamenta esencialmente en los ingresos disponibles, y en la confianza o expectativas en cuanto a las sociedades o entes donde inviertes.
Es una opción compuesta por productos como acciones, bonos, planes de previsión, etc., ofreciendo una perspectiva a largo plazo en cuanto a la obtención de recursos. La elección es mucho más arriesgada, ya que no está respaldada por el Fondo de Garantía de Depósitos, pero simultáneamente supone la posibilidad de obtener rendimientos más atractivos.
¿Y tú qué prefieres? Ahorrar o invertir.
Nuestro consejo, ahorra hasta que tengas un colchón que te permita afrontar imprevistos y el resto inviértelo con cabeza.
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